Los nuevos aranceles del 25% impuestos por Estados Unidos al acero importado afectan directamente a 1.4 millones de trabajadores en América Latina. La medida, implementada desde el 12 de marzo, busca proteger la industria estadounidense, pero genera preocupación en la región ante el riesgo de una mayor sobreoferta de acero chino.
Estados Unidos importa 25 millones de toneladas de acero anuales, con Canadá como su principal proveedor, seguido de Brasil y México. La Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) advierte que la medida puede provocar una distorsión en el mercado, redirigiendo excedentes de acero chino hacia América Latina, donde el sector ya enfrenta una caída en la producción. En 2024, la producción de acero en la región disminuyó un 3.6%, situándose en 56 millones de toneladas, mientras el consumo fue de 73 millones.
China domina el mercado con una capacidad de producción de 1,140 millones de toneladas al año, lo que representa el 45% del total mundial. De este excedente, 140 millones de toneladas se venden a nivel internacional a precios por debajo del costo, impulsados por subsidios estatales. En América Latina, las importaciones de acero chino pasaron de menos de 100,000 toneladas en el año 2000 a más de 14 millones en la actualidad.
El impacto de la competencia china ya se ha reflejado en el cierre de la mayor acería de Chile, Huachipato, en 2024. Ante este panorama, organismos como Canacero en México y la Cámara Argentina del Acero han instado a una respuesta coordinada para mitigar los efectos de la sobreoferta y los nuevos aranceles de EU. Mientras Brasil y México buscan alternativas para evitar estas tarifas, expertos destacan la necesidad de fortalecer la integración regional para reducir la dependencia de China y defender la competitividad del sector.