Este lunes, autoridades canadienses revelaron planes para incrementar aranceles a vehículos eléctricos y baterías manufacturadas en China, en consonancia con decisiones similares adoptadas por Estados Unidos y la Unión Europea.
La viceprimera ministra Chrystia Freeland denunció una política estatal china de sobrecapacidad que perjudica el sector automotor canadiense, obstaculizando su competitividad tanto a nivel doméstico como global.
El gobierno iniciará una consulta de 30 días con la industria y sindicatos a partir del 2 de julio, explorando medidas como sobretasas a las importaciones de vehículos eléctricos chinos y la exclusión de subsidios federales para estos modelos.
Freeland subrayó la necesidad de equilibrar el terreno de juego para prevenir la sobreoferta y el desvío de vehículos a través de Canadá, un mercado automotor estrechamente integrado con Estados Unidos.
En otras partes del mundo, la UE aplicará aranceles adicionales de hasta un 38% a autos eléctricos chinos a partir de julio, mientras que Estados Unidos aumentará aranceles al 100% en respuesta a prácticas comerciales desleales.
El sector automotor canadiense, que representa $13.000 millones para la economía, ha recibido fuertes inversiones gubernamentales para fomentar la producción de vehículos eléctricos y baterías, atrayendo anuncios significativos de empresas como Honda, Volkswagen y Stellantis.
Actualmente, los únicos autos eléctricos chinos importados a Canadá son unidades de Tesla fabricadas en China y destinadas originalmente al mercado estadounidense.
Te puede interesar
México elimina aranceles al aluminio extranjero por falta de producción nacional