Los aranceles de hasta 25% sobre el tequila mexicano, aunque actualmente suspendidos, han generado costos adicionales para la industria, impactando la estrategia de expansión y almacenamiento de empresas en Estados Unidos. De acuerdo con productores e inversionistas del sector, la incertidumbre sobre la posible imposición de estos gravámenes ha llevado a compañías a adelantar envíos, asumir gastos adicionales en bodegas y frenar inversiones.
Empresas como Calabasas Beverage Company, que opera la marca 818 Tequila, reportaron costos de hasta 2 millones de dólares por producción acelerada y un aumento de 10% en costos por almacenamiento. Inversionistas como Brian Rosen, de InvestBev, señalaron que algunas marcas han pagado hasta 20 mil dólares por contenedor de transporte para resguardar inventarios por al menos seis meses, una estrategia que podría derivar en aumentos de precios, incluso si los aranceles no entran en vigor.
El sector del tequila, que ha sido un punto de crecimiento dentro de la industria de bebidas alcohólicas en Estados Unidos, enfrenta este escenario en un contexto de altas tasas de interés y presiones inflacionarias. Grandes compañías como Diageo y Becle, principales exportadores de tequila, han señalado a inversionistas que tomaron medidas preventivas ante la posible aplicación de los aranceles, aunque no han emitido comentarios recientes al respecto.
Mientras tanto, productores en México analizan diversificar mercados ante la incertidumbre comercial. Representantes del sector han indicado que, en caso de que los aranceles se implementen de manera permanente, podría modificarse la dinámica de inversión en la industria, reduciendo la presencia del tequila en Estados Unidos y fortaleciendo su posicionamiento en otras regiones.