Nissan anunció una reducción en los planes de producción de su nuevo modelo eléctrico Leaf, cuyo lanzamiento está previsto para finales de 2025. La decisión responde a la escasez de piezas provocada por las restricciones de China a la exportación de tierras raras, materiales esenciales para la fabricación de componentes electrónicos y baterías.
La revisión de la producción ocurre en medio de una reorganización interna que contempla el cierre de siete fábricas y una disminución del 15% en su plantilla global. El Leaf, considerado uno de los modelos clave en la estrategia de electrificación de Nissan, enfrenta ahora un calendario más incierto, en un contexto de presión logística y ajustes operativos.
El impacto de estas restricciones también ha alcanzado a otros fabricantes japoneses. Suzuki suspendió temporalmente la producción de su subcompacto Swift, enfrentando dificultades similares en el acceso a insumos críticos. La situación ha encendido alertas en la industria automotriz, que depende de cadenas de suministro altamente interconectadas y sensibles a decisiones geopolíticas.
Las tierras raras, como el neodimio y el disprosio, son fundamentales para motores eléctricos, pantallas y sistemas de navegación. Con más del 70% de la producción mundial concentrada en China, los controles de exportación han generado incertidumbre en sectores como el automotriz, tecnológico y energético. La revisión de los planes de Nissan refleja cómo estas tensiones pueden alterar el ritmo de transición hacia la movilidad eléctrica.