La automotriz Stellantis enfrenta un escenario crítico ante los nuevos objetivos de emisiones de CO₂ establecidos por la Unión Europea, que podrían derivar en multas de hasta 2,500 millones de euros si no logra reducir significativamente el impacto ambiental de su flota entre 2025 y 2027. Así lo advirtió el director para Europa del grupo, Jean-Philippe Imparato, durante una conferencia en la Cámara Baja del Parlamento italiano.
Según el directivo, la compañía se encuentra en una encrucijada: duplicar las ventas de vehículos eléctricos, algo que calificó como “imposible”, o reducir la producción de modelos con motor de combustión interna (ICE), lo que implicaría el cierre de plantas. “Tengo dos soluciones: o aprieto a fondo (con los eléctricos)… o cierro los ICE. Y, por tanto, cierro fábricas”, declaró Imparato, mencionando específicamente la planta de Atessa, en Italia, como una de las instalaciones en riesgo.
Aunque la industria automotriz logró que las sanciones se calculen con base en el promedio de emisiones entre 2025 y 2027 —y no solo en 2025—, Stellantis considera que los objetivos siguen siendo inviables bajo las condiciones actuales del mercado. La advertencia pone de relieve la tensión entre las metas climáticas del bloque europeo y la capacidad de adaptación de los fabricantes, en un contexto donde la demanda de vehículos eléctricos aún no alcanza el volumen necesario para cumplir con la normativa.