Volkswagen anunció que venderá todas sus operaciones en la región china de Sinkiang, después de años de presiones internacionales relacionadas con denuncias de abusos contra la población uigur. Esta decisión coincide con una ampliación de su asociación con el socio chino SAIC hasta 2040, lo que refleja un cambio estratégico en el mayor mercado de la automotriz alemana, donde sus ventas han experimentado un declive.
La planta de Sinkiang, que fue inaugurada en 2013 y que en los últimos años solo tenía unos 200 empleados realizando controles de calidad, será transferida a Shanghai Motor Vehicle Inspection Certification (SMVIC), una filial de Shanghai Lingang Development Group, que asumirá la operación y la plantilla actual. Los detalles financieros del acuerdo no han sido revelados.
Este movimiento es considerado positivo por varias partes interesadas, incluidos los inversores que habían presionado para que Volkswagen se retirara de la región. Por su parte, el gobierno chino ha negado las acusaciones de abusos en Sinkiang.