China concedió licencias temporales de exportación a proveedores que abastecen a General Motors, Ford y Stellantis, en un movimiento que busca evitar interrupciones en la cadena de suministro global de minerales estratégicos. La medida se da en un contexto de restricciones impuestas por Pekín, que han generado incertidumbre en sectores clave como automotriz, aeroespacial y semiconductores.
Las autorizaciones, que en algunos casos tendrán una validez de seis meses, llegan después de que el gobierno chino detuviera los envíos de siete tierras raras incluidas en una lista de control de exportaciones. Esta decisión ha elevado el riesgo de escasez en el extranjero, mientras exportadores chinos esperan nuevas licencias gubernamentales.
La Unión Europea anunció que aplazará la aplicación de aranceles a productos estadounidenses hasta mediados de abril, en un intento por dar más espacio al diálogo y evitar una escalada en las tensiones comerciales. Sin embargo, todavía no está claro si la flexibilización por parte de China indica una intención de facilitar los permisos de exportación o si el proceso seguirá siendo lento y engorroso, como advierten asociaciones del sector.
El dominio chino sobre la producción de minerales críticos, indispensables para la transición energética verde, ha reforzado su influencia en la guerra comercial con Estados Unidos. Pekín controla alrededor del 90% de la producción mundial de tierras raras, lo que ha generado preocupación en la industria automotriz, dada la dependencia de estos materiales para la fabricación de componentes clave.