La multinacional estadounidense Intel confirmó el cierre progresivo de su planta de Ensamble y Prueba (ATM) en Costa Rica, como parte de una reestructuración global que busca mayor eficiencia operativa. Las funciones serán trasladadas a instalaciones más grandes en Vietnam y Malasia, según informó su CEO, Lip-Bu Tan, en un memorando interno.
La medida forma parte de un plan más amplio que incluye la reducción del 15% de su fuerza laboral global, con el objetivo de cerrar el año con aproximadamente 75,000 empleados, frente a los 99,500 registrados en 2024. Aunque Intel no precisó cuántos trabajadores costarricenses serán afectados, estimaciones independientes advierten que el cierre implicaría la pérdida de 1,400 empleos calificados, además de afectar a una red de 4,500 proveedores locales vinculados a la operación.
“Estamos tomando decisiones difíciles pero necesarias para racionalizar la organización, impulsar una mayor eficiencia y aumentar la responsabilidad en todos los niveles de la empresa”, escribió Tan a sus colaboradores. La compañía también canceló proyectos previamente anunciados en Alemania y Polonia, y ralentizará la construcción de una planta de semiconductores en Ohio, Estados Unidos.
Este sería el segundo retiro significativo de Intel en Costa Rica. En 2014, la empresa cerró su operación de manufactura, que fue reactivada en 2021 con una inversión inicial de 350 millones de dólares. El nuevo ajuste refleja una estrategia más conservadora del liderazgo actual, que busca reposicionar a Intel frente a competidores como Nvidia y AMD, beneficiados por el auge de la inteligencia artificial.