El sector manufacturero de México se expandió por tercer mes consecutivo en noviembre, acelerando levemente su ritmo de crecimiento, ya que las señales tentativas apuntaban a una recuperación en las condiciones de la demanda, las ventas generales se estabilizaron y se crearon empleos, mostró una encuesta el jueves.
El S&P Global Mexico Manufacturing Purchasing Managers’ Index desestacionalizado (MXPMIM=ECI) fue de 50.6 en noviembre, por encima del 50.3 de octubre, y por encima del umbral clave de 50 que separa el crecimiento de la contracción.
Las fábricas de México se redujeron durante más de dos años y medio a partir de marzo de 2020 debido a las consecuencias económicas de la pandemia de COVID-19. El índice alcanzó un mínimo histórico de 35,0 en abril de 2020 durante el apogeo de los bloqueos relacionados con la pandemia del país.
“Los resultados más recientes destacaron signos vacilantes de una recuperación en la demanda de productos mexicanos, ya que las empresas absorbieron en su mayoría cargas de costos adicionales y se abstuvieron de aumentar los cargos de venta cuando fue posible para tratar de impulsar las ventas”, dijo Pollyanna De Lima, directora asociada de economía de S&P Global Market. Inteligencia.
La cifra superior a 50,0 de noviembre se debió principalmente a una mejora en la tendencia de las ventas y una mayor creación de empleos, según la encuesta, y agregó que aunque las presiones inflacionarias disminuyeron levemente, los costos de los insumos aumentaron a un ritmo acelerado.
Los precios anuales al consumidor de México se desaceleraron más de lo esperado durante la primera quincena de noviembre, llegando a 8.14% en el período, por debajo del 8.53% del mes anterior. Aún así, el índice de inflación subyacente, que sigue siendo una de las principales preocupaciones en México mientras lidia con los altos costos, superó las previsiones del mercado.
“Las presiones inflacionarias disminuyeron en noviembre, pero los panelistas continuaron informando aumentos para una amplia gama de materias primas. Si bien la tasa de inflación de los costos de insumos se mantuvo históricamente alta, los precios de venta aumentaron al ritmo más lento en un año”, agregó De Lima.
La encuesta mostró que las empresas estaban un poco más optimistas sobre el futuro, pero actuaron con cautela con respecto a la compra de insumos, la producción, los inventarios y el número de empleados.
“La demanda externa siguió siendo una fuente clave de debilidad, evidenciada por otra caída en las exportaciones, que las empresas atribuyeron a las desafiantes condiciones económicas a nivel mundial y a la disminución de los nuevos pedidos de EE. UU.”, dijo De Lima.