La Unión Europea (UE) decidirá este 4 de octubre si hace permanentes los aranceles impuestos de manera provisional en julio a los coches eléctricos importados desde China. Estos aranceles, que buscan contrarrestar los subsidios ilegales de Pekín a sus fabricantes, cuentan con el apoyo de países como Francia, Italia y Polonia, aunque enfrentan reservas de Alemania y España.
Este viernes, a las 10:00 horas en Bruselas, los representantes de los Estados miembros someterán a votación la propuesta de la Comisión Europea para consolidar estos aranceles durante cinco años. A pesar de esta medida, Bruselas no descarta el diálogo con China y ha señalado que las negociaciones podrían continuar en paralelo, con la posibilidad de revertir la sanción si se corrigen las prácticas de competencia desleal.
Aunque la mayoría de las delegaciones mantienen cautela respecto a su voto, se espera el apoyo de Francia, Polonia e Italia, mientras que Hungría ha confirmado su oposición. La postura de Alemania y España, principales economías de la región, sigue siendo incierta. Alemania, el principal productor del sector automovilístico en Europa, teme represalias, mientras que España apoyó inicialmente las tarifas provisionales, pero más tarde el presidente Pedro Sánchez expresó dudas sobre ellas.
A menos que haya una sorpresa de última hora, los aranceles probablemente serán aprobados. Para bloquear la decisión, los opositores necesitarían el apoyo de 15 Estados miembros que representen al menos el 65% de la población europea. Los aranceles actuales, que llegan hasta el 38.1%, buscan proteger a los fabricantes europeos del impacto de los subsidios chinos, y se suman al 10% ya aplicado a las importaciones de vehículos eléctricos.