Mercedes-Benz Group AG ha confirmado la venta de su planta en Virrey del Pino, Buenos Aires, como parte de una estrategia para optimizar costos y reorganizar sus operaciones internacionales. Ola Kaellenius, CEO de la automotriz alemana, hizo oficial el anuncio durante una conferencia con inversores en Alemania, subrayando que la compañía busca enfocarse en mercados con mayor estabilidad para impulsar la transición hacia la movilidad eléctrica.
Este cambio se enmarca dentro de un plan más amplio de reducción de costos que afecta diversas plantas alrededor del mundo. Mientras que la fábrica de Argentina cambia de manos, otros centros de producción, como el de Polonia, seguirán recibiendo inversiones para adaptarse a la producción de vehículos eléctricos, alineándose con la nueva estrategia global de Mercedes-Benz.
La venta, que se espera genere importantes cambios en la producción, ha sido adquirida por un grupo liderado por el empresario Pablo Peralta. Junto a él, figuras como Daniel Herrero, ex CEO de Toyota Argentina, e Isela Costantini, ex directiva de General Motors y Aerolíneas Argentinas, integran el equipo de nuevos propietarios. La planta sigue siendo clave para la producción de la furgoneta Sprinter, y la continuidad de su fabricación será uno de los aspectos más relevantes de la transición.
Aunque el gobierno argentino aún no ha emitido comentarios oficiales sobre la venta, la noticia ha generado diversas reacciones. Algunos sectores consideran que la salida de Mercedes-Benz representa una pérdida significativa para la industria local, mientras que otros ven potencial en los nuevos inversores que podrían revitalizar la producción en la región.