El gobierno de Estados Unidos anunció que impondrá un nuevo arancel “considerable” a la importación de semiconductores, en un momento marcado por la competencia global en inteligencia artificial y la reconfiguración de las cadenas de suministro tecnológicas. El presidente Donald Trump anticipó la medida durante una cena con ejecutivos del sector, aunque no precisó la fecha de entrada en vigor.
Trump reiteró que las empresas que fabriquen en territorio estadounidense, como Apple y Micron Technology, no estarán sujetas al nuevo gravamen. Apple ha comprometido inversiones por 600 mil millones de dólares en cuatro años, mientras que Micron planea elevarlas a 200 mil millones. “Si construyes en Estados Unidos o te has comprometido a hacerlo, no tendrás que pagar”, afirmó el mandatario.
El sector de los semiconductores ha sido objeto de restricciones comerciales recientes. Washington revocó la autorización para que TSMC exporte sin licencia a China equipos estadounidenses, y Nvidia no logró vender sus chips H20 en ese mercado, pese a haberlos diseñado conforme a las exigencias regulatorias.
La estrategia de Trump forma parte de una política industrial más amplia que busca fortalecer la manufactura local mediante aranceles generalizados. Sin embargo, algunas de estas medidas han sido cuestionadas por tribunales de primera instancia, que consideran que el presidente no tiene facultades para aplicarlas sin aprobación legislativa. El caso fue llevado esta semana ante la Corte Suprema.
El anuncio se da en un contexto de tensiones tecnológicas y comerciales, donde los semiconductores son considerados insumos críticos para el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial, telecomunicaciones y defensa. La decisión podría reconfigurar el mercado global y acelerar la relocalización de inversiones hacia Estados Unidos.