El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, sostendrá el lunes una llamada con el director ejecutivo de Tesla, Elon Musk, dijeron dos funcionarios el gobierno latinoamericano, en momentos en que el fabricante de autos eléctricos estaría próximo a anunciar una inversión en la nación norteamericana.
El mandatario quiere que la firma, con sede en Austin, se instale en el centro o el sureste mexicanos y ha esgrimido diversos factores, como la alta disponibilidad de agua o la cercanía a un nuevo aeropuerto que sirve a la capital.
Sin embargo, rumores en medios locales aseguran que Musk se inclinaría por abrir una fábrica en el norte de México, cerca a la frontera con Estados Unidos. Pero la semana pasada, López Obrador dijo que no concedería permisos en el norte porque “no hay agua”.
“Tengo una llamada, una teleconferencia, con el dueño de Tesla”, dijo López Obrador sin especificar si se refería a Musk. Más tarde, dos funcionarios de su administración confirmaron que se trataba del magnate sudafricano.
La interferencia del mandatario ha dejado a la vista los fundamentos inestables del “nearshoring” en el país, aseguran analistas, en momentos en que México ha emergido como una alternativa para la instalación de fábricas cerca a Estados Unidos.