La automotriz alemana Audi, marca premium del grupo Volkswagen, analiza la posibilidad de construir una planta de producción en el sur de Estados Unidos, como parte de una estrategia para mitigar los efectos de las políticas arancelarias impulsadas por el presidente Donald Trump. La medida, aún en fase de evaluación, forma parte de varios escenarios que la compañía considera para fortalecer su presencia en el mercado estadounidense.
Según el medio alemán Spiegel, la instalación representaría la opción más costosa, con una inversión estimada de hasta 4,600 millones de dólares. Actualmente, Audi no cuenta con plantas propias en EE. UU., aunque Volkswagen opera una en Chattanooga, Tennessee, y construye otra cerca de Columbia, Carolina del Sur.
“Estamos analizando varios escenarios. Confiamos en que este año, tras consultar con el grupo Volkswagen, tomaremos una decisión sobre cómo se concretará esto”, señaló un portavoz de Audi en un comunicado enviado por correo electrónico.
El anuncio se produce en un contexto de tensión comercial entre Washington y los fabricantes europeos, tras la amenaza de nuevos aranceles a los vehículos importados. De acuerdo con representantes del sector, las medidas ya han generado cientos de millones de euros en costos para empresas como BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen, altamente dependientes de las exportaciones hacia Norteamérica.
Fuentes cercanas a las negociaciones indicaron que varias automotrices alemanas buscan utilizar sus inversiones y exportaciones en EE. UU. como argumento de negociación para suavizar el impacto de las tarifas. La decisión final de Audi se espera antes de que concluya el año.