Estados Unidos intensifica sus esfuerzos para reducir su dependencia de China en el suministro de tierras raras, minerales estratégicos para sectores como tecnología, defensa y autos eléctricos. Donald Trump ha colocado este tema como una prioridad en su agenda, con el objetivo de ampliar la producción nacional y fortalecer alianzas con países como Australia y Canadá.
China, que posee el 38% de las reservas mundiales, domina cerca del 80% de la refinación global de estos minerales, lo que le otorga una ventaja en la cadena de suministro. En respuesta a la estrategia de Washington, Beijing ha restringido la exportación de algunos minerales estratégicos, lo que podría afectar el abastecimiento mundial.
México cuenta con yacimientos de tierras raras en estados como Sonora y Chihuahua, pero enfrenta limitaciones en infraestructura y capacidad de refinación. Aunque algunas empresas estadounidenses han mostrado interés en evaluar estos recursos, especialistas consideran que el país no tiene un papel significativo en este mercado sin cambios en la regulación minera.
Se estima que el mercado global de tierras raras crecerá a una tasa anual compuesta de 4.9% entre 2024 y 2029, impulsado por la demanda en Asia-Pacífico. El futuro de este sector dependerá de las decisiones geopolíticas y las medidas que adopte Estados Unidos para reducir la influencia china en la industria de minerales críticos.