Durante una conversación con el Chief Science Officer de iProov, el Dr. Andrew Newell compartió su visión sobre el futuro de la autenticación biométrica, la creciente amenaza de los ataques basados en inteligencia artificial y la filosofía de diseño que ha guiado el desarrollo de sus soluciones: simplicidad, inclusión y adaptabilidad constante.
Tecnología diseñada para todos
Desde sus orígenes, iProov definió una premisa clave: la tecnología debe ser simple y funcional para cualquier usuario, independientemente de su edad o experiencia digital. Para Newell, la accesibilidad no es una opción técnica, sino una condición estratégica que ha exigido más trabajo en los algoritmos, pero ha permitido una adopción más amplia del sistema.
“La tecnología que desarrollamos tiene que funcionar para todos. Si solo sirve para un grupo, estamos dejando fuera a millones de personas”.
Uno de los principales diferenciadores de iProov es su modelo de autenticación biométrica basado en señales luminosas dinámicas en el rostro del usuario. Este sistema permite generar datos complejos que alimentan algoritmos de seguridad en constante evolución, sin modificar la experiencia del usuario.
Newell explicó que aunque la interfaz visible apenas ha cambiado en los últimos años, el backend ha sido rediseñado múltiples veces para adaptarse a nuevas amenazas. Esta filosofía se basa en el principio de que la seguridad no es estática: la única forma de proteger a los usuarios es anticipar y responder más rápido que los atacantes.
Deepfakes: la amenaza más accesible
En su análisis sobre las tendencias de ciberseguridad, Newell advirtió sobre la acelerada evolución de los deepfakes, especialmente los ataques por inyección que utilizan videos sintéticos para suplantar identidades en procesos de verificación remota.
“Hace cinco años, lanzar un ataque con deepfakes requería conocimientos avanzados. Hoy existen herramientas gratuitas que permiten hacerlo en una o dos horas”.
Este fenómeno ha democratizado las herramientas de ataque, multiplicando la escala de los intentos de fraude. Por ello, iProov ha desarrollado un enfoque de seguridad por capas, combinando diferentes técnicas para detectar una amplia gama de amenazas en tiempo real.
No hay bala de plata
Ante la pregunta de si existe una solución definitiva para contrarrestar estas amenazas, Newell aseguró que no hay una sola técnica que pueda detener todos los ataques. La clave es construir un ecosistema de defensa flexible, con múltiples niveles de detección y con capacidad para adaptarse más rápido que los atacantes.
“La única manera de ganar esta carrera es asegurar que nuestros algoritmos evolucionen más rápido que las amenazas”.
El uso de inteligencia artificial en iProov es inevitable, pero no se trata de una lucha entre algoritmos. La compañía apuesta por un modelo híbrido donde IA y supervisión humana experta trabajan en conjunto. La comprensión del riesgo y la capacidad de adaptación estratégica son tan importantes como la tecnología misma.
Perspectivas globales y enfoque en Latinoamérica
Newell destacó a Latinoamérica como una de las regiones con mayor volumen de ataques, debido a la alta adopción de biometría y la sofisticación de los actores de amenaza. La combinación de estas dos variables convierte a la región en un entorno desafiante pero estratégico para el desarrollo de nuevas soluciones.