El Puerto de Manzanillo se mantiene como el referente indiscutible del comercio exterior en México, liderando el movimiento de carga contenerizada en el Pacífico.
Gracias a su conectividad con China, Japón y Corea del Sur, el recinto gestiona la mayor parte de las importaciones que alimentan a las cadenas de suministro industriales del país.
La eficiencia de sus terminales y la coordinación entre la ASIPONA y los operadores privados han permitido que Manzanillo sea el primer puerto mexicano en superar barreras operativas históricas, garantizando un flujo constante de mercancías incluso ante los retos actuales de la logística global y la creciente demanda del nearshoring.
A pesar de los desafíos en la movilidad terrestre, el puerto ha avanzado en la modernización de su infraestructura y en la digitalización de sus procesos para agilizar las operaciones de última milla.
La integración del puerto con el sistema ferroviario y el autotransporte de carga especializada ha sido clave para mantener la competitividad de las exportaciones mexicanas hacia los mercados asiáticos. Con planes de expansión continua y una visión enfocada en la sostenibilidad operativa, Manzanillo no solo se consolida como un nodo logístico, sino como un motor de desarrollo económico que impulsa la competitividad de México en el escenario comercial internacional.






