Volvo Group ha anunciado que despedirá entre 550 y 800 trabajadores en tres de sus plantas en Estados Unidos durante los próximos tres meses, como respuesta a la incertidumbre del mercado y las preocupaciones sobre la demanda generadas por los aranceles impuestos por el presidente Donald Trump. Las instalaciones afectadas incluyen la planta de Mack Trucks en Pensilvania y dos fábricas de Volvo Group ubicadas en Virginia y Maryland.
La empresa, que forma parte de la sueca AB Volvo, emplea a casi 20,000 personas en Norteamérica, según datos de su página web. Este recorte de personal refleja el impacto directo de las políticas comerciales proteccionistas de Trump, que han alterado el sistema de comercio mundial vigente desde hace más de 75 años.
Los aranceles de represalia impuestos por el gobierno estadounidense han generado incertidumbre en la industria automotriz, afectando los pedidos de camiones pesados y aumentando los costos de fabricación debido a los gravámenes aplicados a determinadas piezas. Según un portavoz de Volvo Group North America, los pedidos siguen viéndose afectados por las tarifas de flete, la demanda fluctuante, los posibles cambios regulatorios y el impacto de los aranceles.
La política comercial de Trump ha minado la confianza de consumidores y empresas, llevando a los economistas a elevar sus previsiones de recesión en Estados Unidos. Los despidos en Volvo son un ejemplo más de cómo las tensiones comerciales están afectando a la industria automotriz, que se tambalea ante los costos adicionales y la incertidumbre generada por estas medidas.