Por Alejandro Preinfalk, presidente y CEO de Siemens para México, Centroamérica y el Caribe
En un contexto en el que la industria de la manufactura avanza para modernizar su infraestructura heredada y adaptarla a la era digital, las empresas necesitan diseñar estrategias innovadoras para ayudarse a caminar hacia una transformación digital eficiente.
En mi colaboración pasada, abordé el tema desde el punto de vista de las preocupaciones que surgen cuando los negocios modernizan sus sistemas, como el temor de que la fuerza laboral no cuente con la capacidad para manejarlos o el dilema de saber si los nuevos sistemas serán compatibles con su infraestructura actual.
Pero en el proceso de digitalizarse, las organizaciones atraviesan muchos otros retos. De acuerdo con TEKsystems, el 33% de las empresas enfrenta desafíos relacionados con la complejidad y las mentalidades aisladas, porcentaje que va en aumento al compararse con 2024. Por debajo quedan desafíos como los elevados costos asociados (con 29% de las respuestas), la creación de una cultura de aprendizaje continuo (27%) y la alineación de la estrategia con los objetivos de negocio (24%).
La complejidad es, pues, uno de los mayores retos para los negocios que se encaminan hacia su digitalización. Y no es para menos; está en juego tener éxito en una evolución que representa reinventar por completo al negocio, desde el replanteamiento de las cadenas de suministro, los productos y la producción, los procesos y las estrategias de talento, hasta la distribución, la logística, la experiencia del cliente y mucho más.
El ingrediente del éxito
Como sugiere PwC, en este tipo de transformaciones de negocio complejas es clave aprender, adaptarse e innovar para prosperar durante los entornos inciertos que se presenten. Las empresas que sobreviven a la disrupción son aquellas que adoptan la agilidad, empoderan a sus líderes y fomentan una cultura de aprendizaje continuo.
Ahora bien, ¿cómo sortear la complejidad en este tipo de transformaciones?
Determinar por dónde comenzar puede ser abrumador, sobre todo en el sector manufacturero, donde muchas empresas quedan atrapadas en la resolución de problemas aislados y en interminables pruebas piloto (un tema que seguramente para algunos será familiar ahora que los negocios están explorando la IA para aplicarla en sus operaciones). Al seguir procesos individuales, sin duda pueden surgir focos de brillantez en algunas áreas del negocio o departamentos, pero si la organización no encuentra la forma de expandir su aplicación a nivel general, se quedarán ahí y nada más.
La palabra clave para abordar la complejidad de la transformación digital es “ecosistema”. La experiencia nos indica que la inteligencia colectiva y la colaboración multidisciplinaria son fundamentales, pues se aprovechan las diferentes perspectivas para abordar de mejor manera los problemas que se presenten en el camino. Por ello, se requiere contar con un ecosistema que vaya más allá de las paredes del negocio, incluyendo fabricantes, proveedores de soluciones y más.
Procter & Gamble es una de las empresas que reconocen el valor de los ecosistemas colaborativos. La compañía trabaja junto a diversas organizaciones —entre ellas Siemens— como parte de una cadena de suministro diseñada para ser lo más innovadora posible, con el objetivo de desarrollar productos superiores y duraderos en el mercado.
Las organizaciones que se sostienen en un ecosistema que incluye proveedores, obtienen una ventaja competitiva contra quienes aún no lo hacen. Los ecosistemas son aún más poderosos si aprovechan la experiencia del cliente, sobre todo en sectores estrechamente vinculados a las tendencias de consumo, como la industria de alimentos y bebidas o el sector automotriz.
Para concluir, resumo tres recomendaciones clave para que las empresas avancen con éxito en su transformación digital:
- Expandir las áreas de excelencia más allá de una sola línea o planta.
- Potenciar los activos heredados mediante la incorporación de inteligencia a nivel de control.
- Apoyarse en la fortaleza del ecosistema para reducir la complejidad y escalar con eficiencia.