Emerson se alió con Laramie Energy, productor de petróleo y gas con sede en Colorado (EE. UU.), para ayudarle a cumplir con las normativas estatales y federales de emisiones mediante el uso de válvulas de descarga eléctricas ASCO de cero emisiones, la única solución totalmente eléctrica para separadores, depuradores y unidades de compresión. Esta tecnología eliminó las emisiones fugitivas y ventiladas durante la etapa de descarga de líquidos en sus procesos de separación, evitando multas y sanciones regulatorias.
El problema: Emisiones costosas
Las válvulas convencionales suelen usar gas del pozo para funcionar, lo que genera fugas de metano, un gas con alto impacto climático. En estados como Colorado, el incumplimiento de los límites de emisiones implica no solo multas, sino también requisitos engorrosos: reportar datos de gases de efecto invernadero, realizar pruebas y reparaciones. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) incluso aplica cargos por emisiones de metano que superen umbrales establecidos.
La solución: Velocidad, eficiencia y cero fugas
Las válvulas eléctricas ASCO de Emerson operan con actuadores de ultra bajo consumo (1.2 vatios), eliminando la necesidad de ventear gas y sin fugas gracias a su diseño sin empaquetaduras. Además, se activan en 50 a 75 milisegundos —frente a los segundos que tardan las válvulas tradicionales—, lo que reduce casi por completo el escape de gas (blowby).
Esto permitió a Laramie Energy:
- Mantener la presión estática en sus equipos, aumentando la producción de gas natural.
- Reducir el consumo energético en 98.75% comparado con kits de retrofit eléctricos convencionales (1.2 W vs. 96 W).
- Minimizar el mantenimiento y mejorar la eficiencia operativa.
- Aplicación en campo.
Laramie Energy, que opera 1,500 pozos en las Montañas Rocosas, instaló las válvulas ASCO tanto en pozos nuevos como en existentes.
Un modelo replicable
La solución de Emerson destaca por su adaptabilidad: funciona tanto en pozos antiguos como en nuevos, posicionándose como un estándar para cumplir con regulaciones cada vez más estrictas, como las de la EPA. Con esta alianza, la industria petrolera tiene un ejemplo tangible de cómo la innovación tecnológica puede alinear rentabilidad y sostenibilidad.
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