La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) informó el jueves que casi el 40% de las empresas de telecomunicaciones de Estados Unidos requieren financiación gubernamental adicional para retirar los equipos de Huawei y ZTE de sus redes inalámbricas. Este movimiento busca abordar los riesgos de seguridad asociados con estos proveedores chinos.
Según los cálculos de la FCC, la retirada de estos equipos podría costar hasta 4,980 millones de dólares. Sin embargo, hasta el momento, el Congreso solo ha aprobado 1,900 millones en financiación. Jessica Rosenworcel, presidenta de la FCC, ha instado al Congreso a proporcionar financiación adicional de manera urgente. Advierte que algunos operadores han alertado sobre las consecuencias graves que podrían enfrentar, incluyendo el cierre de redes, si no se garantiza una financiación completa.
La FCC está tomando medidas activas para mitigar estos riesgos de seguridad. Planea votar una propuesta bipartidista este mes para asegurar que los organismos de certificación de telecomunicaciones y los laboratorios de pruebas no estén influenciados por empresas con problemas de seguridad nacional. Recientemente, la FCC negó la participación del laboratorio de pruebas de Huawei en su programa de autorización de equipos.
Estas medidas indican la atención que se está prestando a proteger la infraestructura de comunicaciones de Estados Unidos ante posibles riesgos para la seguridad nacional. Sin embargo, la diferencia entre los fondos requeridos y los aprobados resalta la necesidad de que el gobierno tome medidas adicionales para asegurar la seguridad y estabilidad de las redes inalámbricas del país.
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