El fabricante de microchips y equipamiento electrónico Intel anunció este jueves una pérdida de 2,758 millones de dólares en el primer trimestre del 2023, la mayor de su historia, como consecuencia de una caída en las ventas de ordenadores personales y otros productos.
Esa pérdida contrasta con los beneficios de más de 8 mil millones de dólares que había registrado en el mismo periodo del año pasado la compañía estadounidense, que ya se había anotado una pérdida de 664 millones de dólares en el último trimestre de 2022.
Entre enero y marzo, la facturación de Intel cayó 36 por ciento, hasta 11,715 millones de dólares, un nivel no visto desde 2010, aunque algo mejor de lo estimado por los mercados.
Los analistas destacan la importante caída que se ha visto en las ventas de ordenadores y otros equipos informáticos después de que las ventas se disparasen durante la pandemia.
Según la empresa, esa bajada podría haber tocado fondo, pues para el segundo trimestre del año espera una facturación de entre 11 mil 500 y 12 mil 500 millones de dólares.
Intel también se ha visto afectada por una menor demanda de centros de datos, otra de las principales patas de su negocio.
En este primer trimestre, todas las divisiones de Intel vieron caer sus ventas con claridad con la excepción de Mobileye, su unidad de vehículos autónomos, que creció 16 por ciento.
Pese a ello, la compañía destacó que las cuentas han superado las expectativas y destacó su disciplina a la hora de limitar el gasto e invertir en la mejora de su crecimiento.
Las acciones de Intel, que habían terminado la sesión bursátil con un alza del 2.79 por ciento, caían alrededor del 2 por ciento en las operaciones electrónicas posteriores al cierre, una vez que se conocieron los resultados.
En lo que va de año, los títulos de la empresa han ganado casi 12 por ciento, recuperando parte del terreno que habían perdido el año pasado.