Por María Guadalupe Ramos, Gerente de Transformación digital de Alestra
Hablar de digitalización empresarial parece interminable, pero cuando encuentras espacios concretos de aplicación y transformación, el impacto que tiene en el negocio se vuelve tangible y aplicable. Algo tan básico como quitar la tarea de llenar bitácoras a los policías genera que estos tengan más tiempo para enfocarse en el punto principal que es la seguridad, simplemente porque en lugar de llenar papeles o hacer llamadas para pedir autorizaciones, la automatización de procesos les brinda la oportunidad de estar atentos y mejorar su trabajo. Este es un práctico pero poderoso ejemplo del poder transformador de la digitalización en las empresas.
A medida que la tecnología avanza y permea cada aspecto de la vida, la transformación digital se vuelve cada vez más prioritaria. La incorporación de tecnología en los procesos y operaciones no sólo mejora la agilidad, capacidad, eficiencia y productividad de las empresas, si no que define el futuro del negocio y la generación de nuevas oportunidades. Soluciones como la automatización, inteligencia artificial, análisis de datos, nube, conectividad y colaboración permiten innovar productos y servicios, pero también mejorar la experiencia de clientes y colaboradores.
La digitalización no sólo trae beneficios implícitos a las nuevas tecnologías y los procesos automatizados, también implica desafíos como la seguridad, las brechas de habilidades de talento y las de ejecución de la transformación digital. Es por eso que las empresas en camino o adaptación a la digitalización deben considerar la alianza de partners tecnológicos que, como en el caso de Alestra, no sólo acompañen a sus clientes en la operación de las nuevas herramientas tecnológicas, si no que lleguen a impactar la cultura organizacional a través de una adecuada gestión del cambio, con planificación y comunicación, que permita a los colaboradores integrar los nuevos modelos o herramientas tecnológicas, eliminando las brechas de ejecución e impactando positivamente a los clientes.
Llevar a otro nivel la experiencia del cliente es quizás el reto más significativo de las empresas y la transformación digital aporta mucho a este objetivo. Las nuevas tecnologías ahora permiten a los clientes acceder y recibir productos y servicios más rápidamente, desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que les brinda comodidad y accesibilidad. También ha cambiado la atención que reciben, al integrar canales de comunicación y soporte más efectivos y en tiempo real, como los chatbots. Incluso, las empresas pueden detectar preferencias y comportamientos de compra con los que después pueden personalizar recomendaciones de productos y servicios.
La digitalización no sólo impacta la experiencia del cliente, si no que, muchas veces, empieza mejorando el trabajo de los empleados, como el caso de la bitácora digital que, en primera instancia, permite a los policías hacer su trabajo más eficiente y productivo.
El trabajo remoto es otro gran ejemplo de los beneficios integrales de la transformación digital de las empresas. Como muchos de nosotros ya lo hemos experimentado, el trabajo a distancia o híbrido proporciona mayor flexibilidad y movilidad que, combinado con comunicación, colaboración en tiempo real y la posibilidad de que los empleados tomen cursos y capacitaciones en línea, propician un mayor equilibrio entre su vida personal y laboral, un beneficio que, según varias encuestas sobre retención de talento, es de los más perseguidos por los trabajadores.
Para algunas empresas, la transformación digital apenas es una revelación, un proyecto que emprender e integrar a sus estrategias, y para otras ya es el motor que mueve y dirige a la organización por un camino digital que no tiene marcha atrás. Cualquiera que sea el momento en el que se encuentre tu empresa, el mensaje es claro: la digitalización es esencial para que los negocios puedan seguir creciendo y manteniéndose competitivos en un mercado cambiante, porque aquellos actores que no se adapten a la ola digital corren el riesgo de quedar rezagados.