Tras un proceso de negociación que se extendió por más de año y medio, la japonesa Nippon Steel concretó la adquisición de US Steel por 14,100 millones de dólares, bajo un nuevo acuerdo que incorpora cláusulas de seguridad nacional y otorga al gobierno de Estados Unidos facultades de veto sobre decisiones estratégicas que pudieran impactar el empleo en el país.
La operación se formalizó el miércoles, pocos días después de que el presidente Donald Trump autorizara la fusión mediante decreto. A diferencia del anuncio inicial, este nuevo acuerdo establece que US Steel entregará una “acción de oro” al Ejecutivo estadounidense, lo que permitirá a Washington intervenir en aspectos clave como cambios en la razón social, sede, reducción de inversiones o el cierre de plantas.
“Las empresas han completado la transacción prevista en su acuerdo de fusión”, declararon ambas compañías en un comunicado conjunto. Asimismo, informaron la firma de un acuerdo de seguridad nacional que compromete a la nueva entidad a mantener sus operaciones dentro del territorio estadounidense y garantizar una dirección mayoritariamente local.
La compraventa ocurre tras una etapa de incertidumbre, marcada por la oposición inicial del expresidente Joe Biden —quien bloqueó el proceso al considerar la industria del acero como estratégica— y por las críticas de legisladores de ambos partidos. Como parte de los términos negociados, Nippon Steel realizará inversiones adicionales por 11,000 millones de dólares en US Steel hasta 2028, conservará su sede en Pittsburgh y permitirá una conducción corporativa conformada por ciudadanos estadounidenses.
La empresa japonesa aseguró además que mantendrá la producción de acero para el mercado estadounidense dentro de Estados Unidos y que US Steel tendrá autonomía comercial en sus decisiones operativas. Con esta integración, Nippon Steel estima alcanzar una capacidad anual de más de 86 millones de toneladas de acero, acercándose a su meta de 100 millones.