Estados Unidos se mostró “decepcionado” por el anuncio el lunes del Gobierno mexicano, que dio marcha atrás en el plazo para prohibir el maíz modificado genéticamente para alimentación animal y uso industrial, pero mantuvo sus planes de prohibir el grano transgénico para consumo humano.
En un comunicado, el secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, dijo que su oficina está revisando “cuidadosamente” el nuevo decreto de México sobre maíz y que trabajará con el Representante Comercial de Estados Unidos (USTR por su sigla en inglés) para asegurar que el comercio basado en ciencia se “mantenga firme.”
“Estados Unidos cree y se adhiere a un sistema de comercio basado en la ciencia y en normas, y mantiene su compromiso de evitar perturbaciones en el comercio agrícola bilateral y daños económicos a los productores estadounidenses y mexicanos”, dijo Vilsack en el comunicado el martes.